Las Suculentas


Hola, tengo muchos nombres, Crassula, Echeverria, Kalanchoe o Sedum, demasiados nombres, pero, ya que soy tan diversa, simpática, colorida y apetecible, prefiero que solo me llames: Suculenta.

Mi nombre proviene del latín suculentus, que significa: “muy jugoso”, y eso es porque tengo la capacidad de almacenar agua en mis hojas, tallo o raíces.

Soy una chica sencilla, y cuidar de mi es muy fácil, solo tienes que tener en cuenta que necesito poca agua, un sustrato pobre con buen drenaje y mucha luz natural sin sol directo.

Debes también evitar colocarme donde reciba sol fuerte ya que podría deshidratarme ni tampoco exponerme a temperaturas muy bajas ya que el frío excesivo no me sienta bien.

Como les dije, puedo retener mucha agua en mi interior y, por ello, tienes que vigilar mi riego, en verano solo bastará que mojes mi sustrato una vez por semana, y una vez cada quince días en invierno, eso me hará muy feliz.

No mojes mis hojas: el riego debe ir directo a la tierra. Tampoco conviene que coloques plato contenedor bajo la maceta porque seguiré absorbiendo agua de allí. Si quieres ponerme plato de forma decorativa, recuerda vaciarlo para que esté siempre seco.

Me gusta que me coloquen en macetas de barro, son las mejores. Como el material de este tipo de macetas transpira, hace que la humedad que tiene el sustrato se seque más rápido. Sólo debes asegurarte que el orificio de drenaje sea grande o, si son pequeños, que tenga varios.

Y por último, y no menos importante, debes darme diariamente altas dosis de amor, háblame, consiénteme, estoy viva, y a cambio de todo esto, voy a verme esplendorosa siempre para ti.


Comentarios